Gran comienzo para un cuento de hadas y encantos, de fantasía. Extrapolarlo a la vida real? No estoy tan seguro. No soy del tipo de gente que siempre soñó con torres, castillos, cabellos tipo cuerda para escalar o unicornios. Más bien soy del bando racional, del bando analítico. Pero hoy en día, y teniendo bien en cuenta como están las cosas en el mundo, no hace nada mal soñar con utopías. Siempre y cuando sean utopías que eventualmente se vuelvan reales, certezas (subrayar eventualmente).
Y de pronto, ser el más feliz. El rey de las proyecciones verídicas. El maestro de las películas de animación. Y sentir tiburones!
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