miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mi mejor amigo

Se llama Cristopher. Cristopher A. Carvalho Housedorm. Es menor que yo, pero tiene barba y es más alto. Vive con su familia en una gran casa en la comuna de La Granja, casi en la periferia de la capital. Tiene 5 hermanos y 2 autos para transportarlos, pero él prefiere viajar en metro. Tiene 2 perros de la misma raza que los míos y 2 gatos, que llenan de pelo todas las piezas de la casa, pero son adorables (a pesar de que no me gustan los gatos en general). 

Estudia lo mismo que yo, en una universidad parecida a la mía. A veces nos topamos en las mañanas y conversamos de comida, sueño y duchas. A veces nos quedamos hasta tarde en la noche, incomodados por la gordura de nuestras manos. A veces nos desahuciamos juntos y fingimos estudiar mientras vemos jaidefinichon. Algunas veces hasta nos juntamos porque si. O con razones; como ir a nadar juntos (y me quejo de que el camarín de hombres huele a humedad, el peor olor del mundo). Ir a comer sushi, aprovechando mi sueldo de hijo ejemplar que llega a fin de mes. A veces nos sacamos las mismas notas, aunque nunca sea suficiente el estudio. Odiamos prácticamente a la misma gente (pero obvio yo odio a muchos más) y usamos converse y pitillos (sólo en ocasiones especiales).

A decir verdad, todo esto puede ser un gran motivo de burla para el mundo exterior, pero it's not a big deal for me. Incluso pensamos lo mismo, no del todo, pero a veces nos entendemos y verbalizamos al unísono, impactando a nuestros fieles auditores y sacando más de una sonrisa curiosa.

Mi mejor amigo me invitó a pasar navidad con él. Realmente es el mejor de todos, aunque lo niegue para siempre y no admita nunca más nunca que también yo a veces soy el mejor (aunque un día lo hizo y fue más sorprendente de lo que esperaba!). A pesar de que las acciones expresan más que las palabras, es todo un triunfo personal cuando por alguna extraña razón complace mis ataques paroxísticos de amor con algún monosílabo que respesta el 99% de las veces todas las reglas ortográficas, habidas y por haber. Y es en estas épocas cuando uno valora realmente lo que es tener el apoyo y la incondicionalidad de alguien que te quiere por quién eres, te soporta y te escucha. Más que alguien misterioso y familiar, es parte de mi vida y claramente tenemos mucho por delante, para que el destino siga armando caminos y situaciones que nos hagan sentir los más especiales de la vida (y es más verdad que la tchutcha!).

miércoles, 16 de noviembre de 2011

sábado, 5 de noviembre de 2011

Remolque #13

misceláneo
mesura
mantención
mantra
mantel
menor
maldita
mandarinas
marear
metro
memoria
muerte


música.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Acrux

A veces, Cuando estoy solo y Reflexiono, desarrollo Un estado transitorio de Xenofobia.