jueves, 15 de abril de 2010

Tumores

Te contaré alguna historia nueva,
algo que aún no se haya escrito,
algo que tus ojos no hayan escuchado,
algo que tus pulmones no hayan sentido,
algo que mi corazón no halla.

Entretenme con tus risas rotas,
así intento hacerme el risueño,
con lo invasivo de mi humor azaroso,
con lo intuitivo de mi voz atenuada,
la vendetta del pasado que esperaba.

El bosque de mis encantos le llama,
grita su nombre empolvado,
no es como si le rogase,
pues no seré el de ayer,
ya no fui el de hoy,
soy el de cada día en mi pupila,
una réplica en el espejo de su vida.

No encuentro razones reales ya,
para mostrar mi (anti)resilencia,
no me importa mi dulzura,
no me importa mi ortografía,
adáptame como puedas, Falencia,
y devuélveme el daño expectante,
que en antaño me fue inherente.

He cambiado, lo sé,
estoy seguro que me gusta;
he vuelto al pasado, lo sé,
estoy seguro que me gustaría
y no me arrepiento del horizonte.

1 comentario:

Reverence dijo...

Son de esos que vuelven, que se revuelcan y que es necesario gastar una hoja de papel, sólo para reducirla en una masa que terminará en los ojos de la nada.
Son de esos que creo no es necesario que les importe, porque nunca les importó, y si lo haces, es por ti.

No es necesario olvidarse de uno, sino mantenerse firme con lo que se puede encontrar en el camino.