lunes, 16 de noviembre de 2015

Fauna

Y cuando lo besó, sintió. Por primavera vez. Y lo supo, en sus labios rotos manchados de vino. Que la oportunidad, que el auto-gobernarse. Que ya quería aprender a cuidarse y a cuidarlo, impregnar cada segundo de sinestesias. Ordenar cada par craneano y lograr al fin el futuro, alcanzar su más profundo y egoísta deseo. Elevar el espíritu en cada sinceridad que la vibración de sus cuerdas vocales expelía. Volar y planear. Un día, una aventura. Con la valentía de un león hasta limpió su mente renegada de un solo soplido. Y lo centraron. Ambos y ninguno a la vez, tanto así que fundió el secreto. Y el tiempo avanzará y derretirá el reloj de tus miedos más infundados. Mientras encuentre el camino sin acantilado y la linterna de nuestra oscuridad al separarnos.

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