Voy a recordarte cada vez que
ponga suavizante
a la ropa que me regalabas
en la que imagino
tu piel albina y ojos de hielo
con mirada de consuelo
y de pronto tu piel roza
mi piel ajena
despacito desde lejos.
Y un día después de afeitar
la ansiedad no disimulará
nuestros cuerpos suaves
frescos cambiantes
y no rozaremos piel,
estaremos desnudos
hasta el corazón mutuo
tranquilito
en su perteneciente.
1 comentario:
Está está único!!! Haré un comentario muy erudito, así que prepárate:
Me recuerdas a Oliverio Girondo.
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