Si tan solo no fuera un conformista mediocre, de vez en cuando, todo giraría en un sentido opuesto.
Lamentable es que haya reducido todo a la mínima expresión.
Ahora no sé ya si el odio se apoderó de mis pensamientos, manipulando con precisión mis acciones.
He de seguir mis huellas borradas entre las arenas del tiempo, que no es relativo en sí?
He de mostrar signos de debilidad, sin herir lo más elemental de mi genética?
Estoy cansado de todo.
La electricidad que corre en mis tendones se condensa en un solo punto.
Sudando ansiedad y contando segundos no es realmente como me lo hubiera imaginado.
Como un conglomerado de gaviotas sin rumbo, como las estrellas de mar que regeneran.
Nadar en los océanos de mis pupilas en un intento desesperado de introspección forzada.
Quizás no soy yo el bandido timador.
Soy víctima y victimario, actor y reactor, vestido en terciopelo y seda china.
Soy una mescolanza de aromas, colores y sabores.
Quiero florecer en invierno e hibernar la primavera hasta el solsticio.
Quiero demostrar que soy fuerte como un árbol enraizado a lo visceral en mí.
3 comentarios:
Si ni siquiera Nano Stern lo logra, ¿entonces quién?
Tú sí eres fuerte. Demostrado una y otra vez.
Retorno al jardín
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