domingo, 5 de febrero de 2012

dahl


Ver a un italiano cocinar y que te diga que seas el padre de su pan y además te de a probar sopa hindú no tiene precio (hoy en día). Más aún si vive en Dinamarca y es matemático. Generalmente los matemáticos son tímidos. Y generalmente yo no soy tímido, pero a veces florece esa sensación de estar disminuido. Algo así como en desventaja frente al resto. No se parecen tanto quizás, ambas sensaciones, pero para fines didácticos vamos a suponer que si. Entonces, esta famosa 'timidez' develada, es la que te impide hacer cosas, independiente de otras barreras y factores de riesgo. Es la que impide que yo agarre el rumbo correcto de las cosas, el camino difícil, el camino fácil. No es un problema en sí, pero causa confusión dentro y fuera de mi campo energético. Pero creo haber logrado entender como jugar a esto. Y es precisamente el modo que preferiré de ahora en adelante. Y supongo que si pido consejos me creerán loco, pero las epifanías son cosas que no deben ser explicadas en su totalidad. Al igual que la economía y la política, al igual que la religión y la música. Todo existe y es, no siempre los hechos y acciones tienen racionalidad dentro de la intención que los motiva. Irá realmente la visión simplista impresa en los pensamientos de un pseudo-tímido surrealista?

Hoy me aventuraría a decir que no, y aunque el tiempo siempre hace de las suyas (aún más aliado con la soledad de un domingo en la tarde)... durará en el ánima.

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