viernes, 17 de julio de 2015

I know you eskimo

ordenar mientras las sensaciones fluyen
es tan conmovedor 
como encontrarme con tu sombra
bailando con otro perchero
mientras lloran ambos mi partida
y mi aventura ósea solidaria empieza
con músculos antigénicos ajenos
que mis anticuerpos abrazan
como si fuera a terminar el mundo 
y de un solo coletazo
esta realidad me lleva al sofá del odio
y del deseo misterioso
supongo que no sé, pero mi fantasma
no traiciona cuerpos ni almas
y se siente tan bien en mis dendritas
y en el miocardio rojo que experimenta
las calles congestionadas de Santiago
que me ha visto deplorar
y renacer más veces, incluso
sostener mi pelo en las manos del destino
al disfrutar el tiempo sobre la Tierra
aunque mis fotografías solo estén
en la imaginación y en mi ventana,
no en el papel de tormenta
que simula partir a la mitad
lo que tengo guardado y me gustaría decir
que debería guardar y no decir
y tragármelo todo a salud de la disidencia,
así que pongo un final silente
sin tocar la falsa modestia 
ni molestar en los lugares adecuados
estipulando un latir de mi sangre humana
corriendo rauda al encuentro
de quién pudiese tener el complejo espacio
para ver salir el sol
en la costa azul
en el mundo ideal
en la filosofía recóndita y zarpar, 
como un pasajero que nunca
se cansaba de la comunicación no verbal
que en mi futuro, que los anexos
esperan para ser expedientes
de nuestro simulacro insolente
de mi concierto final.

1 comentario:

Tomás Reyes dijo...

el concierto final será otro. Estaremos en primera fila.