sábado, 16 de febrero de 2013

V 1

Víctor vino a hacerse el valiente, dejando de lado su vergüenza característica. Vino a declararle valores y amores a Valentina. Vino vestido de verde pistacho. 

Valentina lo veía venir desde la ventana. Veloz, raudo como el viento; traía prisa.


De pronto, el tiempo se detuvo para ellos, cansado de vagar. Valentina visualizaba cada detalle como si fuera un asalto a la verdad. Cada viciado sentimiento era ya vislumbrado por aquella mente maestra. Las ideas volaban, algunas violentadas por la venganza de sus venas. Pero las vicisitudes pronto cesaron.




El tiempo retomó su vuelo y Valentina se vendió al seductor viajero. Sólo hubo un detalle que el voraz Víctor no tomó en cuenta.

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