sábado, 13 de agosto de 2011

- innervision -

Qué es lo que todos necesitan? O más bien, necesitamos? Todos necesitamos respirar, claro está. Todos necesitamos comida y agua. Todos necesitamos un techo donde vivir y compañía. Pero a veces, la gente abusa de todo. Abusan de la comida, sobre todo. Abusan de la compañía. Abusan de todo lo que necesitan, hasta que se vuelve una obsesión. No soy nadie para juzgar si eso está mal o sólo es parte constitutiva de la mente humana. De los pensamientos arraigados, profundos, en el cerebro mismo. 

La obsesión se define, según la RAE, como: 
1. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente. 

Ambas definiciones engloban completamente el concepto básico, a pesar de ser elaboradas por una entidad ajena al estudio de la conducta humana (si bien dicha entidad se encarga de definir cada significado/significante en nuestra vida cotidiana españolísima). 

Una obsesión puede estar construida incluso por algo imposible de alcanzar o realizar. Algo un tanto utópico, onírico. Puede ser colectiva o personal. Concreta o abstracta. Por algo vivo o muerto, algo que existe o algo que no. Amplias gamas de posibilidades se dan a la hora de clasificar, y por supuesto, pueden entrelazarse entre ellas y formar una gran red de obsesiones posesivas, compulsivas y complejas.

Personalmente, creo que tengo bastantes obsesiones y me encantaría analizarlas, tan pronto logre llevar a cabo la introspección necesaria para ello. Ordenarlas, ponerlas en papel. No sé si eso está bien aún... pero es una idea que vengo desarrollando hace algún tiempo. Volví a ser un ente pensante.

Cogito ergo sum <3
(Final cliché!)

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