Hola extraño.
Te deseo. Vaya por donde vaya, te deseo. Haga lo que haga, te sueño. Por más que trato y trato, te sigo imaginando. Te veo, te siento en mi piel. Te atraigo cual imán. Aunque quizás no existas, me buscas siempre. Por más que tratas, no me olvidas. Visitas una y otra vez mis sueños más reales.
No sabría decir realmente si estamos buscando a la misma persona. En estricta realidad, si. Nos buscamos el uno al otro, pues somos lo mismo. Aun así, me gusta pensar que no lo somos. Puede ser que yo no exista, y sólo sea una proyección. Todo puede ser, no establecimos nunca límites entre nuestros sueños compartidos.
Sólo sé que te deseo. Quizás eres una proyección o francamente no existes. Nunca establecimos límites entre las realidades paralelas de nuestra mente.
Nuestras almas siguen tocándose sutilmente en el infinito. Disfruto de ti. Tú de mi. Nuestras almas seguirán tocándose, el tiempo se va y no volverá. Sólo estará en el preciso instante en que nos encontremos por casualidad, y ya no por un mero magnetismo. Tu antes creías en casualidades. Ahora depende de mi.
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